sábado, 26 de enero de 2008

¿Nos Casamos? ¡Sí, acepto!

Martín ese 15 diciembre, estaba tan nervioso, que se levantó a las 7 de la mañana y casi ni probó el exquisito y variado desayuno del hotel donde pasó la noche anterior.
Romina por su lado, en la casa de su amiga Alicia, respiraba en el balcón el fresco aire de la madrugada, intentando vencer los nervios que la embargaban mientras esperaba la llegada de la peinadora, maquilladora, y vestuarista luego de varias semanas de preparativos.
A las 10:30, Martín llegó a la Iglesia para organizar los preparativos finales. Habló con su papá para indicarle dónde debía ubicarse para filmar y luego con Daniel Telis, guitarrista amigo de la pareja, para comentarle dónde iría cada una de las intervenciones musicales.
Más tarde se acercó hacia el Padre José con el fin de coordinar los últimos preparativos del importante evento.
Llegó las 11:30 y Romina llamó por celular, llegaba tarde. Así que el buen Padre se puso a conversar con Martín para que no se pusiese nervioso.
11:45 Se anunció la llegada de la novia, Daniel Telis comenzó a ejecutar los primeros acordes de la marcha nupcial y Romina, al igual que un ángel, caminó hacia Martín, del brazo de su padre, quien sonreía de emoción, tal como se ve en el video. Ah, el que lee es el Tío Oscar.


Todo era mágico, y a la vez real. Romina nunca había visto a Martín vestido tan elegante, y se sentía orgullosa de su compañero. Estaban en aquella iglesia que se había vuelto parte de su rutina de los domingos, rodeada de gente querida, recibiendo la bendición a una nueva vida de amor. Muy emotivos fueron también las versiones del "Ave María" y "Natureza" en sus versiones acústicas, otorgándo a la ceremonia el aire barroco que ambos habían imaginado.


Martín y Romina salieron de la iglesia, transitando la alfombra roja al ritmo de otra versión de la marcha nupcial, nuevamente con guitarra eléctrica, y saludaron a todos en el atrio. Luego se dirigieron al salón de fiesta, allí bailaron el vals, hicieron trencito (al ritmo de chattanooga choo choo de los Shadows) y rondas junto sus amigos y familiares más cercanos quienes, con toda su buena onda, dieron lo mejor de sí para hacer brillar el suelo al son de rocanroles de los 50, temas de Mago de Öz, Pabellón Psiquiatrico, Sabina y Mondragón. Se podría decir que fue una selección tan atípica como divertida.



Pero no todo fue baile, también comimos unas muy ricas pizzas, bebimos Coca-Cola y Champagne. Además de haber disfrutado exquisitas tortas de todos los sabores. Echa esta aclaración, para que no piensen que matamos de hambre a los invitados ;), los dejamos disfrutar del resto de la fiesta.


Gracias a todos los que compartieron este momento con nosotros!!!!!