Martín y Romina intentaron ese Viernes Santo no perderse ningún evento. Pero todo les salió mal. Fueron el viernes a la Catedral Anglicana para escuchar un concierto de cámara de música sacra en vivo, con posterior Vía Crucis. Pero, al llegar, encontraron la iglesia cerrada, sin nadie que les supiera decir si el evento se había suspendido o se pasaba para otro horario. Tristes, fueron un rato a orar a la Catedral ubicada en Plaza de Mayo, con la esperanza de presenciar el Vía Crucis espectacular que la ciudad presenta cada año, y que sería a las 20:30hs.
Regresaron a su casa para descansar y beber unos licuados de banana. Y recobrar la energía para ir a Gargoland, un festival gótico. No porque fuesen herejes, es más, a ninguno de los dos curte esa onda pues Martín es más heavy urbano –es decir zapatillas y jean- y Romina -¿Qué será Romina?- una advenediza en el género.
Resulta que un amigo de la pareja, César Fuentes Rodríguez, director de la revista Réquiem, donde colabora Martín, iba a presentar esa noche su libro, “Mundo Gótico”. Así que asistieron con la promesa de que, apenas terminase la presentación, iban a participar y filmar el Vía Crucis.
Pero tampoco pudieron. Una feroz tormenta inundó Capital Federal, dejándolos prisioneros en el Teatro Arlequines por miedo de que, si salían, se les mojarían la filmadora y la cámara fotográfica. Por ende terminaron apreciando gran parte del evento de esa noche, junto a la agradable compañía de Roxana Palacios, otra amiga de la revista, que ofrecía el libro en el stand de su editorial.
Durante la velada hubo música en vivo. La primera banda fue Dulce Melancolía, que ofreció un set acústico a dos flautas y una guitarra donde sonaron distintas piezas renacentistas. Aunque Martín terminó hastiado con el sonido de la flauta, Romina disfrutó mucho el número.
Regresaron a su casa para descansar y beber unos licuados de banana. Y recobrar la energía para ir a Gargoland, un festival gótico. No porque fuesen herejes, es más, a ninguno de los dos curte esa onda pues Martín es más heavy urbano –es decir zapatillas y jean- y Romina -¿Qué será Romina?- una advenediza en el género.
Resulta que un amigo de la pareja, César Fuentes Rodríguez, director de la revista Réquiem, donde colabora Martín, iba a presentar esa noche su libro, “Mundo Gótico”. Así que asistieron con la promesa de que, apenas terminase la presentación, iban a participar y filmar el Vía Crucis.
Pero tampoco pudieron. Una feroz tormenta inundó Capital Federal, dejándolos prisioneros en el Teatro Arlequines por miedo de que, si salían, se les mojarían la filmadora y la cámara fotográfica. Por ende terminaron apreciando gran parte del evento de esa noche, junto a la agradable compañía de Roxana Palacios, otra amiga de la revista, que ofrecía el libro en el stand de su editorial.
Durante la velada hubo música en vivo. La primera banda fue Dulce Melancolía, que ofreció un set acústico a dos flautas y una guitarra donde sonaron distintas piezas renacentistas. Aunque Martín terminó hastiado con el sonido de la flauta, Romina disfrutó mucho el número.
Luego fue el turno de Devil 69, quienes salieron vestidos como los asesinos seriales de “La Casa de los 1000 Cuerpos” y brindaron un show visceral con gran puesta en escena. Aunque acá pasó lo contrario y el que más disfrutó fue Martín.
Luego siguieron Giltine´s Gintaras con un show ameno y agradable.
Y, el set musical fue finalizado por Hinglorion, con death metal bestial.
Roxana se retiró y cerró el stand a eso de las 12 de la noche. Pero Martín y Romina se quedaron, pues deseaban ver la obra de teatro; la cual, supuestamente, empezaría a las 12:30. Aunque, en realidad, lo hizo a la 1:30, con lo cual se quedaron como una hora y media de garrón viendo cómo muchos darkies se ponían a bailar de manera ochentosa temas como “Vuela Vuela”.
Al fin comenzó la obra “Alimaña”, una especie de versión libre de la historia de la famosa condesa húngara llamada Elizabeth Bathory, una cruel asesina obsesionada por la belleza y que, para conservarla, se bañaba con la sangre de otras doncellas, entre otras atrocidades (Click para más datos).
Al fin comenzó la obra “Alimaña”, una especie de versión libre de la historia de la famosa condesa húngara llamada Elizabeth Bathory, una cruel asesina obsesionada por la belleza y que, para conservarla, se bañaba con la sangre de otras doncellas, entre otras atrocidades (Click para más datos).
Al final, se retiraron a eso de las 2 de la mañana, muertos de hambre y se fueron a comer dos hamburguesas a Mc Donald (vale aclara que ya era sábado). Al bajar se encontraron con media docena de parcas que se protegían de la llovizna, eran las modelos del desfile de modas que estaba a punto de realizarse. Pero el hambre les ganó a Martín y a Romina y dejaron pasar la tentación para otra vez.
Vean a continuación el resumen del evento.
3 comentarios:
Digamos que ya tenemos bastante violencia, para mi modesto y maricón gusto. Me quedaría, si de malas se trata con la bruja de la Bella Durmiente. Pero...bue...sobre gustos...
Sí quiero destacar las fotos. Salvo alguna composición que me ha partido un personaje por el medio, cuando, en una toma escénica, eso jamás debe hacerse, he quedado sorprendido con la manera en que este turro de Martín a resuelto esta primera experiecia en fotografía teatral. Esas fotos están buenas y el "autor" sabe muy bien que soy implacable. Trauma que acarrea desde su más tierna adolescencia cuando no le perdonaba una sola como mal puesta es sus cuentos. Pero, sin pretender ser autor de una frase genial, el mejor premio que puede recibir quien crea es la crítica más cruda. En el caso que así lo merezca, por supusto. No es cuestión de ser un boludo Sallieri.
Donde dice "como" léase "coma".
Triste ironía la del destino que se encarga de resaltar los errores del crítico. jajajajaja
Gracias Martín y Romina por venir a la presentación de Mundo Gótico, por la muy buena compañía y la excelente predisposición para ayudar a los demás. Les mando un beso enorme de parte de Paola, César y mío.
Este finde les mando las fotos que les debo!!!
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